Con el aumento de la expectativa de vida, los adultos mayores buscan verse mejor y están dispuestos a intervenciones que mejoren su aspecto y reflejen la energía que aún mantienen.
Cristián M. González S.
Hoy son cada vez más los adultos mayores que se atreven a entrar a pabellón para corregir el paso de los años en su piel. En muchos casos, por sobre el afán de verse más jóvenes, el motivo principal es "refrescar" un rostro que a veces no refleja la vitalidad y energía que aún se mantiene pasado los 65 años.
Así le ha tocado ver en su consulta al doctor Wilfredo Calderón, cirujano plástico del Hospital del Trabajador. "La gente tiene la necesidad de lograr una mejor imagen, respecto a cómo se sienten consigo mismos y frente a los demás".
Una opinión similar tiene el doctor Dante González, de la Sociedad Chilena de Cirugía Plástica, Reconstructiva y Estética. "Es comprensible, en el sentido de que cada vez la expectativa de vida es mayor y se tiene una mejor calidad de vida; entonces la gente se mantiene activa y quiere verse mejor porque se siente mejor".
Tendencia en aumento
Una aspiración que es común en un tercio de los chilenos que, según la Encuesta Bicentenario, está dispuesto a pasar por el quirófano para mejorar alguno de su cuerpo.
Si bien no hay cifras exactas, los especialistas estiman que entre el 5% y el 10% de los adultos mayores ya se han sometido a una cirugía plástica. "La mayoría sigue siendo por primera vez, pero ya hay varios casos de personas, sobre todo mujeres, que ya han pasado por cirugías plásticas previas a edades menores", dice Calderón.
Lifting, rinoplastias, levantamiento de párpados y sustancias inyectables para disimular arrugas y líneas de expresión son algunas de las solicitudes más requeridas por los adultos mayores que llegan a consultar a cirujanos plásticos.
Y los requerimientos vienen de ambos sexos. En ellas predominan los rellenos con sustancias como bótox -procedimiento menos invasivo y permanente- o el uso de hilos tensores, que estiran la piel, así como el lifting facial. En los hombres, en tanto, la cirugía de párpados o blefaroplastía es la más frecuente, además de la corrección de las bolsas bajo los ojos.
Estos procedimientos, además de rejuvenecer la mirada, también favorecen la visión.
Junto con realizar una serie de exámenes previos a la cirugía (ver recuadro), la elección del cirujano y el lugar donde se realizará la intervención son claves. Para ello, el doctor González sugiere obtener información de los especialistas y centros acreditados en la sociedad del ramo (www.adelgace.cl ).
Asimismo, un aspecto importante que recalcan los especialistas para minimizar los riesgos asociados a toda cirugía es que en el caso de los adultos mayores los procedimientos tengan corta duración, no más allá de una hora y media a dos horas, y con anestesia local, en la medida de lo posible, ya que eso reduce el riesgo de trombosis, infecciones o sangramientos.
De todas formas, "los avances en anestesiología permiten realizar intervenciones más seguras, discretas, poco invasivas y breves", dice González.
Es importante tener claro que los resultados no serán iguales a los de una piel más joven. "A medida que pasan los años, la piel está más ajada, pierde elasticidad y otras características que influyen en el resultado, pero éste sigue siendo óptimo", agrega el doctor Calderón.
Todo lo anterior condiciona, además, que la recuperación sea un poco más lenta.
No obstante, los médicos reconocen que el paciente adulto mayor es más realista respecto de las expectativas que se han fijado con estas cirugías. Aun así, puntualiza Calderón, "cada una de estas intervenciones tienen un impacto psicológico positivo, pues las mejoras en la imagen tienen un efecto directo en la autoestima".
Chequeos previos
"No hay restricciones de edad, todo depende del estado de salud del paciente", precisa el doctor Wilfredo Calderón respecto de los requisitos básicos para someterse a una cirugía plástica.
De todas formas, el paciente debe hacerse una serie de exámenes necesarios para chequear los parámetros de salud compatibles con una operación. Entre estos se incluyen análisis de sangre y orina, glicemia y colesterol, un electrocardiograma, mediciones de presión y un chequeo de la circulación de las piernas, para prevenir la aparición de trombos o coágulos.
Asimismo, se debe dejar de fumar por lo menos un mes antes de la cirugía y suspender el consumo de aspirinas 15 días antes.
En caso de existir alguna cardiopatía, diabetes o alteración en la coagulación, se debe evaluar el caso.
Publicado el 08/11/2010
Fuente: El Mercurio
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